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Reconocimientos
Recibió el Ariel que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al mejor actor por su papel en la película La vida no vale nada, con Domingo Soler, Wolf Ruvinskis, Lilia Prado, Rosario Granados, Magda Guzmán.
Su penúltima película, Tizoc, en 1956, al lado de María Félix, fue un éxito internacional, por la que obtuvo en 1957 el Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín, como mejor actor principal. Este premio lo obtuvo de manera póstuma, y lo recogió el productor Antonio Matouk. El premio quedó finalmente en manos del cineasta Ismael Rodríguez, quien fue, en palabras de la madre del actor, su "padre cinematográfico".
Interpretaciones musicales
Pedro Infante interpretó canciones de diversos géneros: vals, chachachá, canción mexicana tradicional, canción ranchera y bolero. Sin embargo, la inmensa mayoría de sus interpretaciones más populares pertenecen a los géneros de música de mariachi y ranchera.
Algunas de sus canciones más populares incluyen: “Amorcito corazón”, “Cien años”, “Te quiero así”, “La que se fue”, “Ella”, “Paloma querida”, “Maldita sea mi suerte”, “Por un amor”, “Mañana”, “Que te ha dado esa mujer”, “Mi cariñito”, “Dicen que soy mujeriego”, etc., de compositores como: Manuel Esperón, Gilberto Parra Paz y José Alfredo Jiménez entre otros.
“Amorcito corazón” de Manuel Esperón y Pedro de Urdimalas, es posiblemente la interpretación más célebre de Pedro y una de las canciones más famosas en la cultura popular mexicana, además que con la versión de estudio de esta canción nació el género bolero ranchero.
Asimismo, la canción mundialmente famosa “Bésame mucho” de la compositora Consuelo Velázquez, fue la única melodía que grabó en inglés y la interpretó en la película A.T.M. ¡¡A toda máquina!! con Luis Aguilar.
Pedro Infante fue acompañado a menudo por los grandes conjuntos musicales de ese tiempo como el Mariachi Guitrón, el Mariachi Perla de Occidente, las Orquestas de Noé Fajardo y la de Antonio Bribiesca, el Trío Tamaulipeco de los Hermanos Samperio, y en algunas ocasiones el Mariachi Vargas de Tecalitlán, entre otros.
Para entonces, Pedro Infante ya había creado su característico grito al estilo ranchero.
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